Cuando Las Desgracias Nunca Vienen Solas...

Y no es que sean muchas...pero son una putada...

Os cuento.

CAPíTULO 1: El día del gordo de navidad, me tocó el premio. Bueno, no de dinero (no caerá esa breva...), me tocó un golpe en el coche con una preciosa puerta abollada... Resulta que un hombre no me vió girar (previo intermitente, SIEMPRE) y no frenó, así que se estampó contra mi...putada al canto porque toca hacer papeleos del seguro... Y hacerlos los hice, pero con los nervios, porque el hombre decía que la culpa era mía, que no había puesto el intermitente (¿?¿?¿?) y tal, pues puse mis datos y claro, están a nombre de mi hermana... Eso me supuso volver a quedar con el hombre en cuestión, ya mucho más agradable y habiendo asumido su culpa, bastantes días después. Pero bueno, eso se arregló, sólo me queda llamar al perito y llevar el coche al taller de chapa y pintura, lo que me va a dejar sin coche una semana...

CAPíTULO 2 (aunque éste no es irrelevante hasta el final de la historia): El miércoles fui a "estudiar" a la facultad y dejé el coche en la estación de otro pueblo. Lo aparqué en un sitio que había, pero que los coches de los dos lados se habían pasado por el forro, y lo habían invadido un poco. Pero yo, cabezota porque perdía el tren, con un par de maniobras lo aparqué perfectamente. A la vuelta, por la noche, uno de los "invasores de aparcamiento" al salir, me dió en la puerta trasera izquierda, cerca de la rueda... No le dí importancia y le dije al chico que no pasaba nada...pasaba de hacer más partes del seguro por un pequeño golpe. Así que cogí el coche y me dirigí a casa de una amiga para cambiárselo por el suyo, que estaba roto y yo lo iba a llevar al taller de mi hermana para que lo arreglaran. En el camino, escuché un cla-cla-cla, que pensé, sin darle más vueltas, que sería la pala que llevo en el maletero...la pala para desenterrar el coche de la nieve...no os penséis mal...jajaja. Pero vamos, según mi razonamiento, al sacar la pala, el ruido desaparecería...y eso hice.

CAPÍTULO 3: El viernes por la mañana, mi madre me manda a un recado urgente, así que subo al coche de mi amiga y allá que voy. A la vuelta, en un cruce que está en obras, no hay señalización en el suelo y que está lleno de conos delimitando los carriles (en fin...) pues una chica, con 4meses de carné, se salta el ceda o yo que se, y se abalanza contra mi...Yo que la vi llegar, intenté esquivarlo pero...la puerta del conductor abollada. Paré inmediatamente y sólo podía pensar: "no puedo tener tan mala pata. Otra puerta abollada no, por favor. Si ni siquiera tengo la mía arreglada. Y NO ES MI COCHE....AAAAAAAAAHHH" La chica, que venía de cambiar una rueda delantera que se le había reventado (ella tb con desgracias, jajaa), asumió toda la culpa. Yo, al no ser mi coche, la dije que si no la importaba, mi amiga rellenaría los datos del seguro y ya nos pondríamos en contacto a partir del día 9 (a saber, me examino el jueves del ultimo-con suerte-examen de la carrera). Y así se quedó la cosa...

CAPÍTULO 4: Domingo por la mañana, partido de basket en Madrid. Desde la sierra nos llevan en bus, pero mi amiga, que ese sábado había dormido en Madrid, va directamente al partido con mi coche, claramente. Para volver a la sierra, las dos nos vinimos en mi coche y me comentó que creía que la suspensión estaba rota o algo, porque cuando suben 5 personas, suena algo así como cla-cla-cla... Bueno, pensé, no era la pala...ya se lo diré a mi hermana, que lo miren en el taller. Continuamos el viaje pero no sin precaución porque de vez en cuando sonaba cla-cla-cla... Llegamos sin problemas y aparcamos en nuestro polideportivo. Por la noche, al volver a los coches...RUEDA DERECHA TRASERA DESHINCHADA...¿¿¿Se puede saber qué coño he hecho para merecer ésto...??? Y claro, mi amiga usa el coche para ir a currar, así que ella vuelve a coger el suyo y el mio se queda tirado en el polideportivo...

CAPÍTULO 5: Hoy, martes, llamo a la grua haciéndome pasar por mi hermana que es la que tiene la tarjeta del seguro con grua gratis...Quedo con la grua a las 15:30 en el lugar de autos (si se dice así, nunca mejor dicho, jajajaaaa). Cargamos el coche montando un atasco de narices, porque le polideportivo está en frente de la salida de un colegi,o y nos vamos hacia mi pueblo, hacia el taller. Una vez allí, resulta que la rueda, que yo pensaba que debía haberse jodido porque la suspensión estaba rota y la carrocería chocaba con la rueda, pues es que tenía un clavo...UN PUTO CLAVO que no se cuando se "subió al tren"...en Madrid las ruedas, que lo comprobé, estaban hinchadas...¿?¿?¿?. Pero bueno. Ya por la tarde me llama mi hermana para resolverme todo el misterio del cla-cla-cla... Resulta que el mini-golpe que me dieron el miércoles (vease capítulo 2) había hundido la carrocería y había roto no se qué de la aleta de no sé dónde de la suspensión y rozaba con la rueda haciendo ese peculiar ruido....nada de palas ni ostias...el puto ruido, que tantos mareos me había provocado, era por lo que yo pensaba que era una tontería de golpe... El coche ya está arreglado...bueno, le queda la puerta abollada (vease capítulo 1), pero eso ya para el lunes. Y después de arreglar mi puerta, toca subirme el coche de mi amiga para llevarlo al taller de mi hermana (de mecánica) y luego llamar al perito del seguro para que arreglen la puerta en un taller de chapa y pintura...

En fin, que estoy hasta las narices de los coches...y eso que tengo el taller en casa, que si no...