Los Gatos De Mi Patio

A mi patio vienen muchos gatos de la calle para comer, porque a mi madre y a mi se nos encoge el corazoncito cada vez que vemos a algún gato indigente, como ella les llama, y siempre les ponemos comida.

Este vernano conocimos a dos: Princesa, una gatita blanca preciosa, y Fideuá, porque era muy delgadito y se me ocurrió de pronto. Al poco llegaron más; estaban Persa (un gato precioso grisaceo, aunque muy despeinado), Blancoynegro (muy antipático, muy asustadizo) y Regaliz, el gato de la foto (gracioso de cara puesto que tenía un colmillo roto y se le salia por fuera).

Princesa quedó embarazada y tuvo a sus cachorros, aunque nunca llegamos a verlos, los tendría por ahí escondidos. Y menos mal, porque ver gatitos en la calle me da mucha pena y me siento impotente, porque no puedo meter a más gatos en casa. Al poco la dejamos de ver...se dice que la vieron en casa de un vecino, pero tb se dice que murió atropellada...

Del resto, los más fieles son Fideuá y Regaliz. El primero pasamos a llamarle Macarrón, por lo mucho que engordó; además es anranjado con manchas blancas, y me recordaba a la pasta.

Como empezó a hacer frio, instalamos dos casitas en el patio. Una la pusimos en la entrada principal; es una caja de plástico grande (como un taper enorme) con un jersey para que el gato estuviera calentito. Otra consistía en una cunita que instalamos en una de las ventanas que da al patio de al lado, así estaba al resguardo de la lluvia. Los dos gaots fieles se pusieron de acuerdo; Regaliz dormía en la cuna, y Fideuá en la caja de plástico. Pero un día el viento serrano arrastró la mesa que tapaba la caja de plástico y destrozó toda la instalación. Entonces decidimos que, debido a que la llegada de las nieves está próxima, teníamos que mejorar la istalación. Así que entre mi madre y yo montamos 2 adosados (dos cajas de plástico grandes) encima de una tarima de madera (para que no fuera tan sencillo que las nieves las enterrasen) y debajo de una mesa cubierta con un plástico para tapar el viento y las lluvias.

Pero tanto esfuerzo por mantener a nuestros dos inquilinos calentitos que ahora una de las casas se ha quedado libre...Regaliz ha pasado a mejor vida. LLevaba unos días sin aparecer y como de vez en cuando lo hace, no quise preocuparme. Pero esta mañana me lo he encontrado muerto en la acera...lo habían atropellado. Así que he cogido una bolsa de plástico, lo he metido y lo he dejado en la basura, porque me parece muy desagradable que se queden los gatos muertos en la calle, y más si es en la mia, y es un gato mio...

Vale que no era uno de mis gatos...vale que no vivía en casa...pero yo le tenía mucho cariño. Era un gato muy cariñoso que aunque tuviera hambre y te estuviera pidiendo comida, antes de zampar, siempre se restregaba un poco entre mis piernas, entre mis brazos...Le encantaba la leche y todas las noches le poníamos una poca calentita, para que entrara en calor...

Así que hoy he perdido a una amigo y no estoy muy allá.

Regaliz, espero que, donde estés, te mantengas calentito, bebas mucha leche y que se te haya curado ese colmillo que te hacía comer tan despacito. Yo, desde aquí, te echaré de menos.